Miguel Cruz Sagredo
El primer dato del que se tiene constancia data del año 1898. En un acta de un Pleno del Ayuntamiento se acuerda establecer una escuela de adultos, bajo la dirección de un profesor que lo hace de forma gratuita, cobrándose a cada alumno los gastos de luz y material.
En el año 1901, siendo Alcalde D. Sisenando Escudero, en los bajos del recién construido Ayuntamiento se acondicionan dos aulas. Eran oscuras y poco ventiladas, con una sola ventana y una puerta ventana a la Plaza y una superficie de 50 m2. El piso era de madera y el alumnado numeroso.
En el año 1925, siendo Alcalde D. Máximo Cruz Rebosa, son concedidas dos unidades más a la localidad y el Ayuntamiento en funciones, en el edificio que tenía destinado a cárcel en la calle Benavente, eleva una planta para hacer dos aulas. La superior, con tres ventanas y puerta directa a la calle mediante escaleras tenía luminosidad; no así la planta baja que daba a callejuelas con escasísima luz y llena de humedades. No obstante la Corporación resolvió el tema con sus propios fondos. Las aulas tenían una superficie de 45 m2 cada una.
En el año 1927, siendo Alcalde D. Máximo Cruz Rebosa, se solicitó la construcción de cuatro nuevas escuelas y, en 1934, siendo Alcalde D. Fermín Ramos Sánchez, se solicitaron la construcción de dos más.
En el año 1947, previa solicitud, son concedidas por el número de alumnos censados, dos unidades más a la localidad. El Ayuntamiento sale del paso alquilando un antiguo casino-baile del vecino Demetrio Vicente Salgado, situado en la esquina de la calle Pizarro que desde la carretera baja a la Plaza del Ayuntamiento. Allí se improvisan dos aulas, la de arriba tenía una sola ventana a la carretera y la de abajo tres, a la calle que sube de la plaza. En los presupuestos municipales se consignó la correspondiente partida para el pago del alquiler y allí se dan clases hasta 1954.
En el año 1950 se solicita del Ministerio una escuela de párvulos. Una vez concedida, la Corporación arrienda, en la casa de Felisa Herrero, un nuevo local, viejo, destartalado y sin luz en un segundo piso. A él se trasladan los niños de la unitaria nº 1 varones, dejando los bajos del Ayuntamiento, más céntrico, para los parvulitos.
Una vez más la Corporación presupuesta el pago del alquiler anual. En estos momentos ya teníamos siete aulas funcionando, pero cada una por su sitio. Cuatro de propiedad municipal y tres alquiladas. Todo ello, como se deducirá, en malas condiciones de higiene, de luz y de comodidades, ya que incluso los bancos eran de construcción artesana, con modelajes antiguos, antipedagógicas y poco aptos para las funciones a las que habían de someterse en el uso diario.
Por esta época continuaban las clases nocturnas de adultos a cargo de los maestros de la localidad. Como nota anecdótica podemos comentar el frío reinante en sus aulas y la carencia de medios, siendo necesario el brasero para proporcionar calor, generalmente atendido por alguna vecina como fue el caso de Marcela Salgado.
En el año 1954, siendo Alcalde D. Miguel Cruz Sagredo, el Ayuntamiento emprende una tarea eficaz para resolver definitivamente el problema y acomete la construcción de las dos primeras unidades totalmente concebidas para aulas escolares. Se elige, equivocadamente, el solar del viejo matadero abandonado, y decimos equivocadamente porque no tenía posibilidades de ampliación futura.
Para su construcción es llamado un aparejador, el Sr D. Manuel Herrero , que realiza el proyecto. El Gobierno Civil da una subvención, del paro, de cincuenta mil pesetas. El Ayuntamiento aplica también una prestación personal y vende madera del parque del Vallejo, con todo lo cual se consiguen fondos para levantar dos unidades, con despacho y local para servicios, que resultaron por aquel entonces todo un éxito.
El contratista para la realización de la obra fue el Sr Agustín Vivas, de Malpartida de Plasencia, quedando la obra bien rematada y funcional. A ella se trasladan las dos aulas que funcionaban en el local alquilado al Sr Demetrio Vicente. Todo ello dio lugar a una concienciación del problema que suponía la separación de los espacios utilizados para impartir enseñanza, problema que indudablemente había que resolver.
La plantilla de Maestros en el año 1957 la formaban: D. Andrés Vega Guillén, D. José Calle Escudero, Dña Felisa Cruz Sagredo, Dña Sagrario Herrero, Dña Concepción Herrero, Dña Carmen Ramos Vicente y D. Miguel Cruz Sagredo.
En 1958 se emprende el camino eficaz y seguro. Se elige un lugar idóneo en el sitio de la ermita derruida del Cristo del Humilladero, antiguo cementerio abandonado desde hacía muchos años, y una orientación eficaz dada la climatología local. Se recurre al mismo aparejador y se emprende la construcción de dos unidades nuevas aplicándose la misma formula de financiación que para las anteriores. Dinero del socorrido paro con subvención, esta vez, de 75.000 ptas; los jornales de prestación personal y dinero de la corta de la leña de la Peña Redonda.
Se hace por administración y trabajan los albañiles locales Felicito Fernández, Félix Porras, Abundio y Tomás Calle junto con los carpinteros Bermejo y Gaspar. Todo ello dio como resultado la consecución de dos aulas nuevas perfectamente dotadas y con vistas a un futuro de ampliación en el mismo sitio. Tanto es así que la puerta principal del actual edificio terminado es hoy todavía la misma de entonces.
Se había dado con el buen camino, pero el Ministerio de Educación seguía sin aparecer. A este local se trasladan dos unidades más, las que estaban en la antigua cárcel. El Ayuntamiento decide vender este local y emplear el dinero en la construcción de dos nuevas unidades, junto a las recién puestas en uso.
Estas dos unidades comienzan a construirse en 1960 gracias al dinero de la venta, a dinero del paro y prestación personal. Con ello se logra, en el lugar ya destinado a Colegio Nacional, ir concentrando todas las unidades dispersas.
El procedimiento de construcción, en lo relativo al estilo, materiales, obreros de la localidad y administración, fue el mismo que en la fase anterior. Iba ahora ya cuajando el edificio que más adelante sería el definitivo. Terminadas estas dos últimas aulas, se trasladaron a ellas los niños procedentes de las dos unitarias citadas que fueron ocupadas por los párvulos para adecentar y mejorar su aula, unos meses, a las abandonadas.
También se construyeron, frente al grupo escolar, dos casas destinadas a los Maestros.
Corría el año 1964 cuando, a petición de esta Corporación Municipal, el Ministerio de Educación nos concede la construcción de cuatro unidades. Redacta el proyecto y dirige la obra el arquitecto D. Joaquín Silos, la obra consiste en la subida de un piso en las cuatro unidades ya construidas por el Ayuntamiento.
La Delegación Provincial de Educación adjudica, mediante subasta, la obra a Fermín Ibáñez Lacalle, de Malpartida de Plasencia. Por razones de mejora del tablero de separación entre ambas plantas, fue necesario un reformado de éste, provocando esta mejora un incremento del costo de la obra, el cual fue sufragado por el Ayuntamiento.
La obra se realizó hizo en un tiempo récord, en el verano y parte de la otoñada, para que las clases no sufrieran deterioro por carencia de aulas. Al terminar teníamos un Colegio con ocho unidades agrupadas todas en el mismo espacio y con cierto número de servicios anejos muy necesarios.
En 1968 vuelve a la carga el Ayuntamiento y logra con subvenciones del paro y fondos propios hacer el cerramiento del patio escolar con verjas de hierro y paredes de mortero de cemento. En la planta baja se hacen cámaras de aire a las aulas que tenían algunas humedades y se les cambia su carpintería de madera a metálica, mejorando los servicios higiénicos de la misma planta. Se ponen rejas a todas las ventanas de la planta baja referida.
En 1969 se aprobó la construcción de un comedor escolar en un solar inmediato a la Agrupación Escolar Máximo Cruz Rebosa, con un presupuesto de 672.505 ptas actuando como aparejador D. Marciano Márquez.
En 1970 se acomete la obra para la instalación de una calefacción. En un primer intento, una empresa de Plasencia puso una barata de aire caliente que resultó un fracaso por producir dolores de cabeza de una manera inmediata. Se realiza un segundo intento encargándose un proyecto al técnico D. Ramón Criado Monje, de Cáceres. El proyecto es aceptado por la Corporación y se procede a la instalación de una calefacción de leña, con radiadores, por parte de la casa Roca. Esta vez si se acertó, el resultado fue satisfactorio. El importe de la instalación fue abonado por la Corporación Municipal. Por entonces, el Ministerio aún no las instalaba calefacciones en las escuelas.
El 26 noviembre de 1970, promovida por la Diputación Provincial, fue creada por orden ministerial en el antigua sanatorio antituberculoso situado a un par de Km del pueblo, la "Escuela Hogar La Serrana" con una capacidad inicial de 140 alumnos.
El 27 de febrero de 1971 se amplia la Escuela Hogar, que contará con dos unidades escolares de niñas, una plaza de Maestro de Hogar y una plaza de Maestra de Hogar. A tal efecto se crea una unidad escolar de niñas, dependiente del correspondiente Consejo Escolar Primario.
En 1978, la Escuela Hogar llegó a tener 250 alumnos y pasó a depender totalmente del Colegio piornalego en cuanto a dirección y clases, con maestros en calidad de propietarios provisionales de ocio.
Aprovechando este auge de la Escuela Hogar, se solicita la ampliación de dos aulas más para el Colegio. La petición fue concedida por el Ministerio. Redacta el proyecto y dirige las obras el arquitecto Sr. Curto, las cuales son adjudicadas a Ciriaco Durán de la Vega, contratista de Plasencia. Se aprovecha también el estado de obras para poner una caldera de fuel-oil a la calefacción, que se amplia a las dos nuevas unidades.
Se hace también una reforma total del alumbrado adaptándolo a las nuevas exigencias. Se realizaron mejoras en los suelos y se cambió la carpintería interior de puertas para buscar uniformidad y calidad. Estos suplementos y una ampliación del mobiliario que también se llevó a cabo, fueron costeados por el Ayuntamiento.
En 1981 se solícita una nueva ampliación por tener todavía unidades instaladas en locales diferentes del Colegio, concretamente cuatro, incluidas las dos de párvulos de los bajos del Ayuntamiento y las dos construidas en el 1954 en el matadero municipal.
Concedidas esta ampliación por el Ministerio, realiza el proyecto y dirige la obra el Sr. Pérez Curto, adjudicándose la obra al Sr. Ibáñez Lacalle y, una vez más, el Ayuntamiento corre con las obras accesorias de rejas de ventanas, el aumento de ladrillo a mampostería, de piedra y de cemento para lograr uniformidad en el cerramiento exterior con las canterías para esquinas, etc. En la parte baja se adaptó un salón de actos y se construyeron la Biblioteca, los laboratorios, archivo, almacén y dos nuevos servicios.
Por desgracia, en 1985, por una resolución de la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia en Cáceres, se suprimen un aula mixta de E.G.B. y otra de párvulos, así como la Escuela Hogar con sus ocho plazas de profesores de ocio de régimen especial.
En 1997, siendo Alcalde D. Angel Rama, se amplía el porche del Colegio y se construye un nuevo acceso.
En resumen, la construcción del Colegio se ha sido realizando en íntima colaboración entre el Estado y el Municipio (Ministerio y el Ayuntamiento). El Estado ha construido 10 unidades y el Ayuntamiento 4, más despachos, calefacción, cerramientos y solares.
De esta forma se ha logrado un complejo educativo bien ubicado, de magnifica calidad. El proceso de su construcción ha sido largo, se inició en el año 1958, en el que se hicieron las dos primeras unidades, hasta 1983 en que se realizaron las cuatro últimas.
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