Un año de fiestas

Celia Díaz Díaz
Del libro "Un paseo por las tradiciones del Valle del Jerte".
Sociedad para la Promoción y Desarrollo del Valle del Jerte.
Consejería de Cultura. Junta de Extremadura.

 
 

Las fiestas ocupan un lugar destacado entre las numerosas tradiciones piornalegas. Lo que sigue es un recorrido por todo un año de festejos del lugar. El texto describe como se celebraban en la antigüedad las fiestas en Piornal, realizando al mismo tiempo pequeñas alusiones a las celebraciones actuales.

"En Piornal, al caer la tarde de la víspera de todas las fiestas, los mayordomos acostumbran a salir a tocar a regocijo anunciando el festejo. Mientras se tocan las campanas salen de la Plaza de la Iglesia, caminan deprisa haciendo sonar el tamboril, al mismo tiempo que la chiquillería va cantando sin parar y casi sin coger aire 'Le Lerelelé, Lerelelé, Lerelé, Le...'. El recorrido acaba de nuevo en la iglesia. El día de la fiesta, por la mañana temprano y ahora sin cantar, se vuelve a tocar a regocijo.

Jarramplas Las Candelas San Blas Los Carnavales Semana Santa
Bendita Cruz Corpus Cristi San Antonio San Juan San Pedro
La Virgen San Roque La Feria Natividad de la Virgen El Cristo
Los Santos La Inmaculada La Navidad

19 y 20 de enero. San Sebastián. Jarramplas

No queremos incluir aquí todos los ritos que se celebran en Jarramplas, éstos ya se han recogido en muchas y diversas publicaciones. Incluiremos solamente las actividades que ya no se realizan o que han cambiado.

Antiguamente se utilizaba sangre de cabra, aceitunas, carbón y cenizas para pintar la máscara de Jarramplas. Del vértice superior, del que colgaban bellotas de roble, arranca una cola de crin de caballo, también se le ponían pelos en la barbilla. La máscara podía echarse hacia atrás para dejar al descubierto la cabeza y el rostro en algunos momentos de la fiesta.

Pasados los Reyes Magos, las mozas cantoras y el niño que repetía los versos comenzaban los ensayos de la Rosca y las Alborás, con la presencia de Jarramplas y su mayordomo. La familia de éste debía cuidar las velas de San Sebastián durante todo el año.

El 20 de Enero, los quintos eran los que sacaban a San Sebastián en procesión, con anterioridad habían sido ellos los que habían pedido la pata al mayordomo. Si alguno de estos quintos tenía novia, ésta ponía un pañuelo en la pata de las andas del Santo para que su novio supiera cuál era la pata que tenía que llevar.

Mientras, al compás del tamboril que tocaba Jarramplas, las mozas cantaban la Rosca, un hombre salía a bailar el Santo. El baile consistía en unos sencillos movimientos, a modo de danza, llevando en brazos una pequeña figura de San Sebastián. Al concluir cada baile, el hombre depositaba unas monedas en la bandeja y dejaba la figura en su sitio para que otro paisano pudiera hacer lo mismo. La citada figura de San Sebastián hace tiempo que ya no existe por lo que el baile dejó de realizarse.

Por la tarde, durante el Rosario, mientras se subía el Santo al Trono, Jarramplas debía caminar de espaldas, sin dejar de mirar al Santo y chasquear las cachiporras, mientras una de las mozas bailaba la pequeña reproducción del Santo.

Además de Jarramplas, los principales protagonistas de la fiesta eran los chavales. Cuando algún muchacho mayor se colocaba en una esquina con intenciones de tirar a Jarramplas, se arriesgaba a recibir un buen porrazo del mayordomo o a que Jarramplas le tirara las cachiporras.

Antiguamente la fiesta era menos agresiva, por ello Jarramplas no iba tan protegido como ahora. Los niños guardaban los tronchos de coles y calabazas para ese día en los rincones y detrás de las puertas, ya que los pocos huertos de nabos se hallaban bien custodiados. Los quintos aprovechaban cualquier descuido para robar esos nabos, en los huertos o en las casillas.

Los niños acudían a la escuela el día 19 esperando oír, a eso de las 10,30 u 11 de la mañana, el sonido inconfundible del tamboril. Era el momento de salir del colegio para, unos esconderse y otros correr detrás de Jarramplas.

Todo el pueblo tenía mucha devoción a San Sebastián, cuando ocurría alguna desgracia, se iba un hijo a la mili o a la guerra, los piornalegos se encomendaban al Santo, prometiéndole ser Jarramplas o mayordomo.

Transcurridos los dos días de fiesta, los más pequeños se entretenían, aún lo hacen en nuestros días, jugando a Jarramplas aprovechando trozos de nabos que aún quedaban por las calles.

2 de febrero. Las Candelas

Se celebraba una misa a la que eran llevados los niños nacidos durante el año para que, junto con sus madres, fueran purificados. Cada familia se dirigía a la iglesia como si fuera el día del bautizo, pero esta vez la madre llevaba en brazos al niño, -al bautizo la madre no podía asistir por estar pasando los cuarenta días de rigor para su purificación-. Los padrinos iban delante tirando golosinas y todos juntos cantaban las coplas a la Candelaria.

Después de la misa tenía lugar la Procesión con la Dolorosa, a la que habían sustituido los hábitos negros por otros blancos y azules. A la Virgen se la colocaba una vela encendida en una mano. Se daba una vuelta al Álamo y se volvía a la iglesia. Si al entrar en la iglesia la vela permanecía encendida significaba que el invierno estaba terminando. Si la vela se apagaba la primavera tardaría en llegar.

También existía la costumbre de llevar una vela a misa para que fuera bendecida por el cura. Esta vela se guardaba en casa para encenderla en días de fuerte tormenta y durante la agonía de algún familiar.

Actualmente se celebra una Misa por la tarde a la que acuden las madres con los niños bautizados desde el año anterior hasta el día de las Candelas.

3 de febrero. San Blas

Unos días antes las mozas se juntaban para hacer los San Blas -cordones hechos con hilos de colores, que una vez bendecidos debían de llevarse al cuello durante todo el año para protegerse contra los males de garganta- para regalárselos a sus novios.

El día de San Blas se celebraba una Misa a la que se llevaban a bendecir, además de a los San Blas, enseres de la casa, pan y sal para echárselos al ganado con la finalidad de que no enfermara. La sal también se echaba en la lumbre los días de tormenta.

Los Carnavales

Durante estos días se juntaban las corroblas -grupos de amigos y amigas y mataban una cabra con la que preparaban caldereta o arroz con costillas-.

El primer día de carnaval era práctica común que por parte de algunas mujeres vestirse de hombres e ir por las casas a molestar a otras mujeres, metiéndose con ellas en sus camas cuando el marido no estaba en casa y llevarse, en algunos casos, la comida que estuvieran preparando.

El segundo día se mataban los gallos, que previamente las madres de las novias habían engordado. Los mozos salían con sus gallos para presumir de ellos.

Posteriormente, la gente se iba a la Plaza de las Seras para ver el Pingoneo de los Gallos. Los colgaban en una soga que sostenían entre dos mozos y la movían para hacer más difícil la labor de los que, con una calaboza o un sable, intentaban cortarles las cabezas. El primer mozo que cortaba la cabeza de un gallo, pagaba una ronda. Las madres iban a la casa dónde se juntaba la corrobla de los que se habían llevado los gallos, para pelarlos y cocinarlos.

El miércoles de ceniza los quintos salían a pedir los chorizos por las calles. Algunos, disfrazados de Corcones -con máscaras y harapos-, arrojaban cenizas a los vecinos y levantaban las sayas a las mujeres.

 
Semana Santa

      Jueves Santo

Al no poderse tocar las campanas, los muchachos recorrían el pueblo con las matracas para anunciar los oficios de la tarde.

Concluidos los oficios, en los que el cura lavaba -y lava actualmente- los pies a doce hombres de la Cofradía del Nazareno, se volvía a instalar la imagen del Cristo en su altar lateral y se cerraban todas las ventanas de la Iglesia. A las seis en punto, con el templo a oscuras, entraban los muchachos para tocar a tinieblas chocando piedras entre sí y contra el suelo. Durante veinte minutos se producía tanto ruido que era imposible hablar y entenderse. Al cabo de un tiempo cesaba el toque y volvían a abrirse las ventanas.

      Viernes Santo

Mientras transcurrían los actos en la Iglesia, algunos hombres se vestían de soldados y permanecían firmes alrededor del Sepulcro.

Por la noche era el momento de la Procesión del Entierro. Los vecinos que querían Tomar el paso entregaban una limosna al mayordomo cada vez que querían cogerlo.

      Sábado de Gloria

El sábado por la noche, cuando las campanas tocaban a Gloria anunciando la Resurrección, se iba a la iglesia a por agua bendita, con ella se rociaba la casa para protegerla. También se reservaba el leño de gloria, que era el que en ese momento estaba ardiendo en la lumbre, para quemarlo en las noches de fuerte tormenta.

3 de mayo. La Bendita Cruz

Diversos grupos de niñas hacían con zarzas, unas coronas para adornar cruces de madera que también eran adornadas con puntillas y cintas. El día de la Bendita Cruz, estas cruces eran llevadas a la Iglesia siendo transportadas por turno por todo el grupo de amigas. Una vez acabada la misa, se iba en procesión hasta la Ermita del Humilladero -dónde actualmente se encuentra el colegio-, que era dónde estaba la imagen del Cristo. Se rezaba: "El día de la Bendita Cruz, dije mil veces Jesús".

Corpus Cristi

Unos días antes de la fiesta, el sacristán o los niños/as iban a recoger tomillo -cantueso-, por los alrededores del pueblo, para esparcirlo por las calles, los portales de la Iglesia y dentro de la iglesia. Este tomillo era bendecido por el cura y la gente se lo llevaba como señal de buena suerte.

Se adornan los balcones con colchas y sábanas bordadas y se hacen varios "Altares" en los que se coloca un Santo adornado con flores, cerezas y un vaso de leche. Los niños/as que han hecho su Primera Comunión se vuelven a vestir con sus trajes para acudir a la iglesia.

Se celebra una Procesión por el pueblo en la que el cura lleva la Custodia y cuatro hombres llevan El Palio. El Cura se detiene en los lugares donde hay Altares a rezar una oración y se canta el "Pange Lingua", continuando el recorrido hasta llegar de nuevo a la Iglesia.

Por la tarde, durante el Rosario, se hacía la "Hora Santa", durante el cual se plantaban las macetas para que prendiesen mejor.

13 de junio. San Antonio

La víspera se tocaba a regocijo por la tarde y el día de la fiesta, a las seis de la mañana se volvía a tocar. El mayordomo salía por las calles a pedir con un Pinchote -parecido al de los quintos-. Los ganaderos solían donar un queso, otros un chorizo o solomillo, para pedir protección al santo para sus animales. Tosas estas ofrendas eran colocadas en el Pinchote de San Antonio. A la salida de la misa, el mayordomo debía de bailar el pinchote de manera que los cascabeles y campanillos que se le colocaban, sonaran al ritmo del toque del tambor y la flauta del tamborilero que acompañaba con su toque al baile.

Por la tarde, a la puerta de la Iglesia, era subastado el Pinchote en una subasta abierta que concluía el día de San Pedro -29 de Junio- que era cuando se entregaba al mejor postor.

Se realizaba una Novena en honor al Santo y se cantaban las canciones típicas de San Antonio: "La bella Alondra" -que se cantaba también en la misa a modo de Rosca-, "Los Pajaritos, canten lindos jilgueros", "San Antonio, San Antonio", "Por vuestros Santos favores", "Bendita sea la grandeza", "De Antonio las glorias"...

Cuando los hombres salían a pedir, la última mayordoma del Santo les daba el desayuno También, a las mozas que cantaban durante la novena, el último día se les convidaba a una merienda.

En la actualidad, lo único que se continúa celebrando es la Misa y la Novena a San Antonio.

24 de junio. San Juan.

Las mozas que tenían novio formal recibían de sus suegras un pañuelo que lucirían en las fiestas de San Roque.

Ese mismo día, el mozo que pretendía a alguna chica colocaba una rama de cerezo o de sayugo -Enramá-, en su balcón. Si la moza no quitaba la rama era señal de que aceptaba la proposición. Si la quitaba...

En cuanto amanecía, las mozas iban a recoger una rama de sayugo o sauco y amapolas, que después utilizarían como remedio para el catarro y las inflamaciones. Antes de que saliera el sol las mozas se lavaban los ojos en un lugar donde no corriese el agua, con el fin de no sufrir alguna infección y como recurso para evitar las arrugas. Algunas acostumbraban a dormir en la solana para recibir en el rostro la luna de San Juan.

La noche se prestaba a bromas y desquites de mozos desairados. No era extraño ver como la puerta de alguna moza amanecía adornada con ramos de ortigas o zarzas. Otra broma consistía en colocar a la puerta de alguna moza un zahumerio como el de las matanzas. Algunos mozos desdeñados, esparcían una carga de heno seco a la puerta de la moza, con este gesto pretendían poner en entredicho su juventud y fertilidad.

La noche de San Juan los mozos y mozas salían juntos al campo a encender una hoguera y a cortar un buen roble. Las jóvenes alumbraban el camino de regreso a la plaza. Una vez allí, se colocaba un jamón, un lomo, un chorizo...; se le engrasaba debidamente y era clavado en el suelo. El mozo que conseguía subir se quedaba con todas las viandas. En su corrobla ese día había fiesta grande

El día 24 por la mañana, después de misa, el roble era subastado para utilizarlo después como viga para una casa. El dinero que se conseguía era depositado en beneficio del Santo y de la fiesta, ésta concluía con vaquilla y baile.

29 de junio. San Pedro

Se celebraba misa cantada y algunos años tuvo mayordomo, petitorio y procesión con una imagen procedente del Convento de Tabladilla.

Por estas fechas venían los Veratos a buscar los criados para la postura y la vina. Se arrendaban los pastos de verano y se cerraban tratos entre ganaderos. Era el único día de fiesta de los cabreros y de los criaos -empleados en las faenas del campo- y se renovaban o rescindían tratos con los amos.

" San Pedro pasao, tanto manda el amo como el criao".

Ese día -otros informantes nos dicen que se realizaba por San Juan o por Santiago-, se sorteaba y designaba la junta de encabezaos. Éstos, distinguidos con cintas multicolores, eran los encargados de organizar los festejos taurinos de Santiago, San Roque y otras fiestas, conseguir los permisos, cobrar la cuota a cada mozo, comprar y traer el toro. También buscaban las vacas para la capea y preparaban la plaza. Por todo ello tenían un lugar preferente en la plaza y ponían la divisa al toro. Cuando terminaba la fiesta la carne del toro se repartía entre los mozos que habían participado en su compra.

15 de agosto. Virgen de la Asunción

La víspera por la tarde, se saca a la Virgen de la ermita y se la lleva en procesión hasta la iglesia. Después se toca a regocijo. La Virgen permanecerá hasta el siguiente domingo en ella.

El día 15 se celebra una misa durante la cual las mozas cantan la Rosca de la Virgen, con el acompañamiento de la rondalla y el tamborilero. La melodía de la Rosca pertenece a la Rosca de la Natividad de la Virgen, fiesta que se celebra el 8 de septiembre. Las estrofas pueden intercambiarse entre ambas Roscas, aunque las hay específicas para cada festividad.

16 de agosto. San Roque

La víspera por la tarde se toca a Regocijo y el día 16, por la mañana temprano, los mayordomos piden para el Santo. Después hay misa y procesión en honor al Santo. El mayordomo de la fiesta confecciona el Ramo, que tiene dos partes, una base cónica cubierta con ramas de tejo, sobre la que se colocan roscas y manzanas, en la parte frontal lleva un lomo y en la parte trasera una rosca de pan. En el vértice del cono se coloca un roscón del que surge una rama de pino, adornada con caramelos, catangas, confites, esquilones, cascabeles y campanillos.

Cuatro personas llevan el Ramo colocado en unas andas, detrás van las mozas cantando acompañadas por el tamborilero. Mientras las jóvenes cantan las estrofas del Ramo, los mozos lo van aproximando al altar. Cuando finaliza una estrofa, suenan el tamboril y la flauta y los mozos mueven el Ramo para que suenen las campanillas y cascabeles. Cuando se llega a las gradas, el cura lo recibe y lo bendice. Al finalizar la misa, el Ramo es subastado en beneficio del Santo.

Hace algunas décadas, al concluir la última estrofa las cantoras vitoreaban al Santo y a la Virgen mientras tiraban caramelos y monedas a los feligreses. Éstos respondían gritando Viva el Ramo si les había gustado la interpretación de los cantos y de los movimientos. En el caso contrario se podía escuchar Agua al Ramo.

Al finalizar se realizaba el baile de la jota en la Plaza de la Iglesia y alguna ronda por las calles del pueblo.

"Viva mi pueblo Piornal, y vivan los piornalegos,
San Roque, San Sebastián, vivan tus ojos moreno"

Por la tarde había capeas y se corrían los toros al estilo tradicional. La Plaza Mayor servía como coso taurino, también la Plaza del Palacio se utilizaba para las capeas que se celebraban por la mañana y para tentar las reses que iban a participar en las fiestas.

Al día 17 se le llama San Roque el Chico, al día 18 el día del Perro y al día 19, día de la Perrunilla.

29, 30 y 31 de agosto. La Feria

La víspera venían los cabreros para poder entrar en la Feria a primera hora. Si se tenía alguna casilla, el ganado dormiría a cubierto, de no ser así se le dejaba al sereno. Los ganaderos solían ser alojados por amigos o conocíos del pueblo.

En la feria se preparaban unos bares improvisados donde lo típico eran las sardinas y el magro, acompañados de pan y vino. El ganado se llevaba a la Peña Redonda y se metía en los cercaos de los alrededores, en ellos se hacían los tratos. Por la noche había baile y eran frecuentes las rondas por las calles.

8 de septiembre. Natividad de la Virgen

Por la mañana los mayordomos salían a pedir por las calles del pueblo, llevaban un costal con centeno y una cesta para los huevos. Con lo que la gente les daba llenaban unas cuartillas -antiguas medidas de madera para los cereales- para llevarlas por la tarde al Ofertorio.

Acabada la salida para pedir, se sacaba a la Virgen del Rosario en procesión. En la misa mayor se cantaba la Rosca de la Virgen.

Por la tarde, después del rosario, se realizaba el Ofertorio de las Cuartillas. El tamborilero, al son de la flauta, iba recogiendo, a la puerta de sus casas, a cada una de las mozas que querían llevar las cuartillas y recorrían el trayecto hasta la iglesia con la cuartilla en la cabeza, sin más sujeción que un rodete. En una mano llevaban una cesta y la otra la llevaban apoyada sobre el cuadril. La ofrenda no sólo radicaba en lo que llevara la cuartilla, sino también en la destreza y elegancia de la moza para llevarla. Al finalizar el Ofertorio se realizaba una subasta de todos los productos ofrecidos.

Después de la subasta se hacía un baile en un rincón de la plaza. Las mozas debían de dar un donativo por cada jota que bailasen.

14 de septiembre. El Cristo

La víspera se trasladaba en procesión el antiguo Cristo desde la desaparecida Ermita del Humilladero hasta la iglesia, también se tocaba a Regocijo.

El 14, por la mañana temprano, los mayordomos salían a pedir por las calles del pueblo igual que el día 8. Después se sacaba al Cristo en Procesión. Ésta se realiza antes de la misa mayor, en la que se canta la Rosca del Cristo.

Por la tarde, a la puerta de la iglesia, de igual manera que se celebraba el día de la Natividad de la Virgen, se celebra el Ofertorio de las Cuartillas. Las mozas que cantaban la Rosca solían ser las que, al acabar la subasta, bailaban en la plaza. Después la mayordoma les daba un convite.

Esta fiesta estuvo sin celebrarse más de 20 años, actualmente ha vuelto a recuperarse. Los años que no hay mayordomo para la fiesta, desempeñan este cometido la recientemente constituida Cofradía del Cristo, compuesta por jóvenes que llevan a hombros al Cristo y al Sepulcro en Semana Santa.

1 y 2 de noviembre. Los Santos y el Día de los Difuntos

Por la tarde las corroblas organizaban las furrionas, meriendas a base de caldereta, chorizo y migas y se asaban los calbotes.

La Cofradía de Ánimas salía en procesión el día 2 y durante todo el mes organizaban el Toque de Ánimas. Todos los anocheceres una anciana vestida de negro y con el rostro cubierto por un velo, recorría las calles y rincones del pueblo rezando la letanía de difuntos y tocando una esquila. A su paso, los vecinos se descubrían.

El día de difuntos se celebraban tres misas. Los hombres solían acudir a la del alba, antes de irse a hacer sus labores en el campo.

8 de diciembre. Virgen de la Inmaculada

La Pura es la patrona de Piornal y tiene erigida en su nombre Ermita de la Concepción. Antiguamente existió la Cofradía de la Concepción.

El domingo anterior, por la tarde, se va a por la Virgen a la Ermita y se la lleva a la iglesia. El día 8 hay misa en honor a la Patrona y antiguamente se cantaba la Rosca de la Inmaculada. El domingo siguiente se la lleva de nuevo a la Ermita. Durante esos días se celebra la Novena de la Virgen.

La Navidad

Hasta hace pocos años, durante la Nochebuena, se practicaba la Pastorá de Nochebuena, ligada a la Misa del Gallo. Los preparativos empezaban días antes, las mozas ensayaban villancicos, unos mozos ponían a punto los instrumentos, los trajes de pastores y los adornos, mientras otros ensayaban las Roscas que cantarían en la Misa del Gallo, el día de Navidad y el día del Niño.

Para la Misa del Gallo las mujeres llevaban cestas de mimbre llenas de dulces y adornadas con cintas de colores. La Cesta Pascual se colocaba en el centro de la iglesia y representaba la simbólica ofrenda de la Rosca de Navidad.

Después de la misa se comía una cabeza de lomo con la familia y se salía de ronda hasta la hora de las migas".

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2002