De tabernas y bares

Celia Díaz Díaz

En el nº 23 de la revista Veleílo hablamos de los antiguos Casinos y Salones de Baile que el pueblo de Piornal tuvo durante varias décadas, dedicados estos al juego y al baile, entre otras actividades. En estos Casinos y Salones de baile surgieron en su día la mayoría de los noviazgos de la época, ya que eran, después de la Iglesia, el único sitio permitido para el acercamiento. Lo que no estaban permitidos a las mozas eran las Tabernas y Bares que había en el pueblo, y de algunos de ellos vamos a hablar.

Entre los primeros bares que se recuerdan (por algunos mayores de Piornal) de hace más de 60-70 años, estaba el Bar de Tío Eustasio, enfrente de la Posada de Tío Tiberio, en lo que hoy es la calle San Roque, justo al lado de la Plaza de la Iglesia. Era el centro del pueblo y allí se vendía prácticamente de todo. También estaban el de Tío Fermín Calle y el de Tío Simeón en Las Lanchas; el de Julio el Francés, en la Cañera, Tío Silvideo Ramos al lado de la calle la Estación, y Tío Cipriano en la Plaza de la Iglesia.

Era la época de "La Brisca" (en aquella época se jugaba poco al Tute), y por motivos del juego se provocaban enfrentamientos entre los jóvenes, en la calle se liaban a tirarse piedras y algunas veces se llegaron a enfrentar con navajas.

Los demás bares de las décadas siguientes fueron surgiendo cerca unos de otros y todos por la misma zona:

- El bar de Tío Agustín "El Cárpido", en la Cañera (vendía el tabaco picado y se iba a por tabaco con la petaca).

- El bar de Tío Desiderio (primero fue Cárcel, después Escuela y más tarde taberna).

- El bar de Tío José "El Legionario", en la Plaza del Ayuntamiento.

- El bar de Tía Felicísima la de Germán, en la calle la Estación.

- El bar de Tío Anastasio Bravo, también en la calle la Estación.

- El bar de Tío Andrés en la Plaza de las Eras, (y al lado tuvo su Casino)

- El que se mantuvo muchos años, y muchos de nosotros todavía recordamos "Bar La Flor" de Tío Santos. En la misma calle estuvo el bar del "Mecha".

En aquella época las mujeres no iban a las tabernas, las que lo hacían era para buscar a alguien o para llevarse al padre, marido o novio borracho para casa.

Lo que más se consumía era vino y aguardiente. La cerveza que había era cara y los jóvenes de entonces no se lo podían permitir. Se bebía en cuartillos (jarra pequeña de barro), los vasos todavía no estaban muy vistos, y valía perra y media hace 60 años y 1 peseta hace menos. No se ponían aperitivos ("No había ni pa comer en casa, como pa poner aperitivos"). El vino y aguardiente solía ser de cosechas del pueblo y de los pueblos cercanos como Pasarón, pero también se traía "Vino de Montearagón" de Toledo. Anecdótico resulta la vez que Tío Desiderio recibió dos cubetas que sólo tenían agua, el hombre preocupado llamó a la casa y le dijeron que los tumbara y los hiciera rodar para así tener el vino (imaginaos la calidad).

Poco después surgieron otros:

- El bar de Tío Domingo.

- El de Ángel Guillén y el de Jesús Leandro en la calle San Roque.

- El de Tía Pastora y Tío Rufo (en la continuación de la calle San Roque).

- El de Eugenio "El Rigori" y el de Ángel Mata, en la calle la Estación.

- El de Pastor Díaz en Mailucas.

- El de Tía Leandra en la Plaza de la Iglesia.

- El "Bar la Parra" de Tío Adolfo Prieto en la Plaza del Ayuntamiento.

- Después Eugenio "El Rigori" abrió otra taberna en la antigua calle Correos y Tío Ángel Mata otra en la Plaza de las Eras.

- El de Tío Ángel Miguel Salgado, "Raspatablas", en la calle Gabriel y Galán. (Según me informan, el mencionado Ángel Miguel Salgado regentó, hacia el año 1955, el bar El Tablón, en la calle Prim. Unos años más tarde, también regentó el Casino del Baile, en la actual Avenida de Plasencia).

Los jóvenes de entonces comentan que "se iba buenamente a gatas a casa". Aunque no acabemos de acostumbrarnos a las peñas de ahora, casillas viejas la mayoría a las que va un grupo de jóvenes a beber y estar juntos, éste no es un invento de ahora. Ya los jóvenes de entonces compraban de vez en cuando alguna garrafa de vino y se la bebían en alguna casilla vieja junto con los amigos, cuando no tenían "perras" para ir a los bares.

En el Hogar "La Laguna", donde ahora está la Casa de Cultura, también había un bar. Se llamaba así porque antiguamente había una laguna donde las mujeres iban a lavar.

Después, ya entre finales de los 60 y los 80, se abrieron otros, a los que ya acudían las jóvenes y los aperitivos estaban más de moda (aunque fuesen unos cacahuetes):

- El bar Avenida de Tío Perpe y el Bar La Vega de Tío Marcelo en la Avda de Plasencia.

- El Molino Rojo de Tío Floro, el Bar de Tío "Gallo", el Bar la Sierra de Tío Antonio y el Bar Avenida de Tío Meño en la Plaza de las Eras.

- El Bar Los Candiles de Tío Miguel y el Bar Central de Tio Marcelo en la Plaza del Nogal.

- El Bar Copacabana de Tío Jesús en la antigua calle Correos (muy visitado por tener un teléfono público, cuando no había cabinas en el pueblo).

- El bar el Refugio, que pasó de ser el bar del Cine, bar de discoteca y después sólo bar (llevado por Santi y por último por Jesús, muy recordado por sus pinchos y su futbolín).

- El bar La Espuela de Mesi, en la Plaza de la Iglesia (que todavía hoy se echa de menos los domingos y fiestas de guardar).

- El Bar Extremadura de David, en el Llano.

- El Bar La Amistad de Lucinio y el Bar Punto de Encuentro de Paco en la calle Libertad.

- En este año han cerrado El Informal, de Santi y el Bar Triángulo, de Jonás.

En estos momentos tenemos: Bar Tarántula, disco-pub Zeus, el Tardón, el Tardón II, el Oasis, Los Berezos, La Picota, Los Piornos, el bar de la Casa de Cultura, el bar de los Pisos Tutelados y Los Truenas; Áh¡ y el bar de la Hospedería La Serrana y el Bar de la Piscina, (en verano).

Después de este repaso llego a una conclusión: que a los Piornalegos siempre nos han gustado los bares, no sólo para beber (caña o vino por la mañana, café y chupito por la tarde, calimocho, cerveza o cubata por la noche), sino como punto de reunión, de tertulia, de juegos de cartas, de futbolín, de compartir, de risas, de música, de amistad, de buenos aperitivos, de uvas de fin de año con champán, de resacas de año nuevo y San Roque, de momentos de ronda ("Y al entrar en la taberna, lo primero que pregunto, si la tabernera es guapa y el vino tiene buen gusto"), de fiestas de Jarramplas, de carnavales, de tardes de fútbol, de tardes de corridas de toros, de recogimiento en invierno, de noches de terraza en verano, de aquellos primeros enamoramientos, de grandes y pequeños momentos de la vida de un pueblo, que ve pasar su historia también a través de la historia de sus bares.

** Pido perdón por los errores que puedo haber tenido en este artículo, pero quiero decir que se ha hecho con todo el cariño y respeto de los que lo contaron y de la que lo cuenta, sin ninguna otra pretensión. Gracias a todos.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2004