El Periódico de Extremadura
Lunes, 21 de diciembre de 2009

Esperando la primera gran nevada

En uno de los municipios más altos de la región, Piornal, los termómetros registraban a las cinco de la tarde de ayer -4º, una temperatura que favorece la persistencia de la nieve caída días atrás.

Faustino Martín. El Periódico de Extremadura. Lunes, 21 de diciembre de 2009
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=483121

Eran las cuatro de la tarde de ayer y las calles del municipio cacereño de Piornal, uno de los puntos más altos de la región, se encontraban prácticamente desiertas. Encontrarse por ellas con algún vecino era realmente difícil por las bajas temperaturas a pesar de la estabilidad del cielo y el hielo que rodeaba el pueblo e incluso convirtieron en un bloque de hielo el agua de la fuente del centro del municipio.

Pero había algunos valientes. Un número reducido de caminantes, en su mayoría mujeres, se atrevieron a dar un paseo después de comer por las carreteras de acceso a la localidad piornalega. La culpa de este aparente despoblamiento la tenían los cuatro grados bajo cero que una hora más tarde se registraban en el exterior de la Hospedería la Serrana, a pesar del sol, obligando a los piornalegos a permanecer recluidos bajo el calor de chimeneas, estufas y braseros.

Las personas consultadas por este diario coincidieron en señalar el intenso frío reinante en la zona durante todo el día. No obstante, el casco urbano se encontraba libre de placas de hielo, excepto en los lugares donde había agua, junto a las fuentes. Los accesos por carretera desde Pasarón de la Vera, Valdastillas o Cabrero estaban en perfectas condiciones, nada que ver con el pasado miércoles. Sin embargo, en el campo todavía quedan bastantes restos de la nevada caída a mediados de la pasada semana, lo que aprovecharon algunos vecinos de otras poblaciones para divertirse, junto con los niños, jugando con el blanco meteoro.

Más dificultades se encontraron otros vecinos como Francisco Bajo Miguel, que no podía dar de beber al ganado que tenía encerrado en el establo, ya que las tuberías que llevan el agua hasta los grifos "se han helado", imposibilitando el llenado de las pilas donde beben los animales, "precisamente en un tiempo en el que al comer una cantidad mayor de pienso" les apetece más ingerir agua.

A última hora de la tarde el sol se fue ocultando lentamente por el horizonte, escoltado por un manto de nubes medias y altas que presagiaban una entrada del invierno bien fría, mientras en el paraje de La Desesperá, un incendio comenzó a arrasar las hojas secas de los robles.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2009