Publicado en el Nº 26 de la Revista Veleílo
Hace mucho tiempo en que pocos, o ningún, vehículo se movía por las carreteras y caminos, pues eran los mulos, burros y caballos los dueños de los caminos por los cuales todos íbamos a las fincas y eran frecuentes las pérdidas de herraduras que los animales llevaban. Esta pérdida era una de las situaciones más frustrantes con las que nos podíamos encontrar, que se asociaba a la mala suerte, de la cual se hacía partícipe al herrador que podría no haber puesto correctamente la herradura. Una herradura perdida provocaba una alteración en los horarios, la visita al herrador, y podía provocar serios daños en el casco, e incluso cojera. Solían perderse en los momentos más inoportunos. Los herradores tenían técnicas como "herrar corto y estrecho, lo que reducía el riesgo de pérdida de la herradura, pero no estaban bien herrados, según decían los abuelos. Pedro Prieto Vicente es un piornalego de 37 años, poseedor de una de las mejores colecciones que hay en el pueblo, quizás a raíz de esta entrevista surjan otros que le sigan. ¿Cómo empezaste la colección? Empecé con cuatro o cinco (como sabes la herradura tiene peligro de extinción) y ahora tengo entre 750 y 800 clavadas en tableros de madera con clavos de herrar. Al principio valían a catorce pesetas cada uno y ahora pongo tornillos envejecidos con sal, arena, gasoil y betún que son más baratos. Las herraduras son, desde muy pequeñas a grandes. Las más antiguas tienen más de un siglo (son preciosas), otras de hace 30 ó 40 años. Lo tengo apuntao en el tablero pa acordarme del lugar y la fecha en que mc la topé: camino de piedra de los molinos, desesperá... Cada una tiene su historia pues en algún caso me costó el hígado sacarla de donde estaba. ¿Cómo sabes su edad?. La saco por los animales que pudieron llevarla y su edad con los dueños, como una burrilla que tenían los cabreros en la majá y cuando mi padre era chico me decía que veía siempre esa burra que andaba marchatrás, que pa que anduviera palante había que engañarla con unos panizos. Imagina los años que tienen esas herraduras. ¿Son todas de aquí?. Todas son de Piornal y de los pueblos colindantes y son usadas. ¿Sabe la gente de esta afición que tienes? ¿Qué te dicen cuando te ven?. Sí, cuando me ven saltando las paredes me dicen "uiii tío estás to loco", "cuando el diablo no tiene que hacer con el rabo mata moscas". ¿Cuándo empezaste? Y ¿Dónde las tienes?. Más o menos tenía quince o dieciséis años cuando empecé pero hace unos cuatro o cinco que lo cogí a capricho. Al principio las tuve en la caseta de las gallinas, pero como vi que tenía muchas y que todo el que las veía se enamoraba de ellas, incluso me decían que las compraban por lo que fuera, entonces dije "uiiii" y me las subí pa la casilla donde están ahora y para traerlas no veas, el cuñao que fue conmigo dijo que él me hacía cualquier favor menos moverlas otra vez. El tablero grande pesa más de 300 kg, dos tíos no pueden con él. ¿Cuál es el secreto de no dejar la colección a medias por aburrimiento? Yo creo que el vicio, pues llega a ser más importante que el comer, también esto me ha hecho ver cosas bonitas ya que de otra manera no había ido a esos caminos y sitios escondíos. ![]() ¿Qué te hace sentir ser coleccionista?. Lo especial que es hacer algo con esfuerzo, que ha sio suao pues podía haber comprao un montón en la tienda, pero eso no es igual, pues no sabes lo que es estar to el día, de sol a sol, sin encontrar ni una, pa eso al salir me llevaba una en el bolsillo pa hacerme la ilusión de que llevaba una. A veces la sacaba del bolsillo y me la colgaba de un alambre pa que se fuera moviendo. Imagino que lo de tirar la herradura para atrás para que te de suerte no va contigo. No yo las cojo, pero te diré que una vez una mujer hizo una manda para que se curase el niño y aunque éste se salvó, no fue por la manda, sino por el médico del hospital que le curó. Yo no creo en eso de tirar la herradura pa tras. Imagina con to las que tengo si las tirase. ¿Qué te dice la gente cuando ve la colección?. La locura del principio se ha transformado en algo precioso como me dicen todos, que cuando la saque de allí será como un poco la muerte. Algunos me la han querido comprar por lo que yo les pida, que después de mucho insistir he pedido muchos millones, pero aún así pienso que se me habrían caído los palos del chozo si me dice que sí, pues yo con el dinero no voy a ser más ser más feliz, pero sin las herraduras no sé lo que haría. ¿Sabes de otros coleccionistas de Piornal?. Sí, Cirilo tiene una colección de piedras bonitas. Es pa verla. ¿Vas a continuar? ¿Hasta cuando?. Sí continuaré, pero sin prisa. Hay gente que me da herraduras pero no pago nunca nada por ellas, pero lo considero como un favor y soy muy agradecido. Hace unos pocos días un vecino me dio una y yo al día siguiente me fui pa su corral y le lleve calcio pa las gallinas, de ese ecológico que tengo y da buen resultao para los huevos que de esa manera salen duritos y no se escarchan. Para ver la exposición ¿qué tendríamos que hacer?. Me lo dices y la ves. Yo me pensaré con el tiempo si poner un bote para que así lo que saque lo pueda mandar para apadrinar niños del tercer mundo, porque yo no quiero na. ¿Empezarías otra colección, ya que herraduras quedan pocas?. No eso imposible, yo voy a herraduras y no tengo ojos para otra cosa, pues en los sitios que he estao, si me fijara en otras cosas me parecería que estoy robando y la gente no me dejaría entrar en muchos sitios. ¡Si te contara algunas cosas que he visto!, pero yo no digo na. ¿Has pensado en quién puede continuar tu colección y a quién se la dejarías cuando tú no estés?. Sí, pues aunque no tengo hijos he pensao en una familia que quiero mucho, que son como hijos y ya lo tengo repartío y apuntao en un papel, aunque no lo voy a decir ahora. Muchas gracias Pedro por tu colaboración, que continúes por muchos anos con tu afición y que tus herraduras nos den suerte a todos. ![]() ![]()
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