"La carne de cerdo ibérico vuelve a ser protagonista en las dietas saludables"
Justo J. Pérez. Plasencia
A sus 26 años ha pasado los últimos ocho de cara a los clientes haciendo las veces de carnicera, charcutera y hasta de panadera en Piornal. Y todo queda en manos caseras, si se tiene en cuenta que 'La Jurre' es una empresa familiar y artesana dedicada a la curación de embutidos y jamones según una larga experiencia transmitida desde la generación anterior, hace ya medio siglo. El rito, la serenidad sin prisas y las propias bodegas han convertido al pueblo más alto de Extremadura en referencia del arte culinario en el subsector cárnico referido.
-¿La carne de cerdo sigue siendo la preferida por los clientes habituales?
-Sin duda, bien en forma de filetes u otras particiones. También por la facilidad a la hora de cocinar; una cabecera ibérica no necesita más que una pizca de sal. Además, vuelve a estar de moda el producto fresco ibérico dentro de las dietas cardiosaludables y, por lo tanto, bajas en colesterol.
-¿Los visitantes se decantan por otras?
-Sí, por la de ternera. Y, básicamente, por los embutidos que hacen del mes de agosto unos días de encargos continuos a la fábrica. Cosa que se repite en menos jornadas, eso sí, con las vacaciones de Semana Santa, navidades o en Jarramplas.
-¿Qué experiencia le aportan los años en este trabajo?
-Como anécdota, los principios fueron graciosos, al no entender lo que pedían por bistec, entrecot o mondongo. Al ser un pueblo de veraneantes los términos son distintos según la procedencia. Ahora, aunque parezca más difícil, prefiero cortar con el cuchillo a despachar el pan. Incluso antes que los dulces de horno y los caseros de 'La Sierra'.
-A su gusto, ¿lomo o jamón?
-Jamón, como a la mayoría de Piornal. Y eso que en niveles de ibéricos de bellota, el lomo supera en precio a todo lo demás.
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