Vivimos en las alturas
con un clima peculiar
donde celebramos Jarramplas
en honor a San Sebastián.
Donde se erizan los pelos
con el canto de las alborás
donde se celebra San Roque
San Cristóbal y la Toñá.
Donde el invierno es duro
por esas blancas "nevás"
donde en pleno verano
algún día te "pués" arropar.
Donde perduran las tradiciones
que no dejan de emocionar
con los ecos del folklore
que nunca dejan de sonar.
Donde vivió la Serrana
y vio a los lobos cazar
donde el caldo piornalego
nos gusta comer o cenar.
Donde se asentaron cabreros
donde crearon su hogar
y por sus miles de piornos
lo pusieron de nombre Piornal.