Piornal para un piornalego
 
Fachada

Sebastián Díaz Iglesias

 
 
 

¡Vaya contrastes! Piornal e Internet, un piornalego de tradiciones como yo y una página "gües". Pasado presente y futuro en una sola cosa; como la informática, lo último de lo último, utilizando términos tan tradicionales como arroba y adobe. Piornal, un pequeño rincón perdido de la Sierra de Tormantos; Internet, una puerta abierta al mundo entero. En fin, así somos, o mejor, así es mi buen amigo y primo Víctor.

 

Así que quieres que escriba sobre Piornal ¿no?; pues bien, para que te hagas una idea tú y los que lean estas líneas de cómo siento yo a mi pueblo, a nuestro pueblo, vayan estas pocas e insuficientes palabras.

" Piornal me huele a montaña, a roble y a berezo; a castaño, helechos y cerezos. Me huele a humo de lumbre y chimenea, a algaritones y tomillo. Me huele agua de garganta y manantial, de la Fuente Encima, la del Vallejo y los Jelechares. Me huele a aire fresco y esencia de manantiales.

Piornal me mira entre niebla, otras veces bajo el sol dando vista a un mar de nubes. Me mira vestido de blanco de nieve, verde de hojas y rojo de cerezas. Siento su mirada desde un canchal reondo y una lanchera, desde el cogollo de un cerezo, el Mojón Blanco y Peñanegra, desde un castaño herido por un rayo en un bosque de robles, desde la Cueva de la Serrana.

Piornal me sabe a Tres Novillos y a Don Juan de Villanaranja, a buscar níos en los pinos y cipotes en la laguna, a los partidos del Estadio Pinal. Me sabe a catanga y a panizos en el cine de Metodio, a hacer pozas y a la caseta de los calbotes, a operar lagartijas y a hacer circo del de la entrada a perra gorda. Me sabe a besos robados y a veces compartidos en la Lancha el Cura, a jugar a la cerilla en el Hotel. Me sabe a acechar a las parejas y a peleas a tronchos, bolos y serojas.

Piornal me suena a música, a villancicos y rondas, a cantos de boda, toreras y roscas. Escucho a mi pueblo entre sones de calderos y botellas, de laúd, guitarra y panderetas. Piornal me suena a tamboril, al toque de cachiporras cuyos ecos me calan hasta los huesos cuando barruntan Jarramplas. Mi pueblo me suena a Alborás que en la madrugada del 20 de enero, me hiela la piel y eriza el vello; a regocijo, flauta y charanga. A campanillos de cabras, a voces y habla con dejes y recaías.

Piornal significa amigos y primos, compañeros de folklore y teatro; cervezas al mediodía, tertulias en la noche, cenas en la cocina de Javier. Piornal significa Jarramplas, San Roque y San Cristóbal y, en el octavo mes del año, Peña Negra y La Casilla, la piscina, el Calderón. Piornal significa familia, ancestros y raíces, La Pedrosa y Maripascual, Ambrunés y Pico Negro, el tendal y la escalera y a pegarse el madrugón para coger los jelechos, antes de llegar al huerto de cerezos.

Piornal es mi pueblo, mi punto de referencia, mi identidad, mi biosfera, mi destino. Piornal es yo mismo y mi hijo. Aquí he nacido y aquí quiero descansar tras de la muerte, para que mis restos puedan dar vida a un rosal que siga viendo, oliendo, escuchando y, en definitiva, sintiendo lo que ahora yo siento por mi pueblo, por Piornal.

Seba y Charo son los autores del trabajo 'Romancero de Piornal', un amplio cancionero de romances recogidos en Piornal, cantados o recitados por gente que ha nacido y vivido allí.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2002