Vivo en un enclave único
rodeado de piornos y matorral,
siempre estamos vigilados
por san Roque y san Sebastián.
Aquí no tenemos verano,
una primavera otoñal,
un invierno puro y duro
y un otoño invernal.
Sembramos de todo un poco
así podemos ahorrar,
unas cuantas de perrillas
nunca vienen nada mal.
Nos llaman los jurrucheros
y no sé cuántas cosas más
porque tos los alrededores
no dejamos de comprar.
Vivimos de la cereza,
san Roque es nuestro patrón,
y a nuestro querido Jarramplas
llevamos en el corazón.