Temperaturas medias
En Piornal, durante el verano, existe un período seco con escasas precipitaciones. Esta circunstancia define el clima mediterráneo; si bien los períodos de sequía estival no suelen prolongarse demasiado, y además, las temperaturas veraniegas no son elevadas, factores que le acercan a los tipos de clima atlántico, más suaves y con frecuentes precipitaciones estivales.
La duración media del período cálido no alcanza los treinta días; es decir, el intervalo en el que la media de las máximas sobrepasa los 30º C no llega a un mes.
El período frío supera los siete meses por término medio. Durante este tiempo la media de las mínimas no alcanza los 7º C y por tanto -de acuerdo con el criterio de L. Emberger- existe riesgo de helada. Esta fase se extiende desde mediados de octubre hasta finales de mayo, época en la que, todavía, puede producirse alguna helada.
Son frecuentes en invierno los períodos de inversión térmica -el aire frío se acumula en las vaguadas, mientras las temperaturas descienden menos en altos y laderas-. Estos días, en Piornal, son soleados y cálidos, mientras en el Valle se puede observar el clásico «mar de nubes», más o menos denso, o la escarcha al amanecer.
Por otro lado, en Piornal puede percibirse una sensible influencia oceánica que afecta visiblemente al régimen hídrico. Las precipitaciones se ven favorecidas por el efecto de embudo y de pantalla que produce la topografía comarcal. Con 1.700 l/m2 de media anual, la estación piornalega se encuadra dentro de los tipos mediterráneos como un subtipo muy húmedo. Es decir, fuera de los meses de verano, puede llover intensa y abundantemente.
Otro factor a considerar sería el contraste: concepto que define la continentalidad, o lo que es lo mismo, la variabilidad de todos los parámetros climáticos. En mesetas y montañas tierra adentro tienen lugar amplias oscilaciones térmicas tanto diarias como estacionales.
También es un rasgo de continentalidad la alteración climática de un día para otro, especialmente, durante la primavera o el otoño. Esto se traduce en heladas tardías o tempranas o que a una semana de lluvias y fríos se suceda un período de intenso calor.
La primavera es fresca y muy variable, con riesgo de heladas y más retrasada que en las poblaciones circundantes. El otoño es madrugador y normalmente muy lluvioso (El mes de noviembre registra frecuentemente 700 l/m2; y durante el mes de octubre de 1951 las medidas del pluviómetro sumaron 1.407 l/m2.). La distribución de las precipitaciones en forma torrencial responde, igualmente, al clima de tipo contrastado.
La sensación térmica en los días de calor es agradable debido a las moderadas temperaturas y a la ligera brisa orográfica del alba y del ocaso. Por el contrario, en invierno, salvo los días de inversión térmica, el frío se deja sentir con intensidad, sobre todo cuando las nubes se acantonan entre las montañas originando nieblas cerradas o cuando se suceden las jornadas lluviosas acompañadas de fuertes vientos.
A modo de resumen, podemos decir que nos hallamos ante las condiciones típicas de un clima mediterráneo, relativamente contrastado y muy húmedo; todo lo cual resulta consecuente con la ubicación del paraje, a 1200 metros de altitud, en una zona montañosa de la alta Extremadura.
TEMPERATURAS MEDIAS (ºC, Grados centígrados)
Fuente: Caracterización agroclimática de la provincia de Cáceres,
PRECIPITACIONES (l/m2: litros por metro cuadrado)
Período: 1950 - 1980. Elaboración personal
1.-
Del libro:
Calle Sánchez, A.;
Calle Sánchez, F.; Sánchez García, G.; Vega Ramos, S.: "Entre la Vera y el
Valle. Tradición y folklore de Piornal". Institución Cultural "El
Brocense" de la Diputación Provincial. Cáceres, 1995.
     
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