No están demasiado claros los orígenes de Piornal. Se cree que algunos residuos de habitantes ibéricos estuvieron por estas tierras sin que fueran molestados ni por romanos ni por visigodos o árabes. La altura, las dificultades del clima y su precaria economía no les hacían objeto de apetencia por parte de colonizadores.
Los primeros indicios del pueblo como tal se tienen de principios del siglo XIII, Piornal surgió como enclave pastoril, los agostaderos (sitios donde pasta el ganado durante la época estival) de la altiplanicie de Tormantos ejercían una atracción permanente para los clanes de familias ganaderas. Se trataba, por aquellos entonces, de unas tierras pobres que no podían tener otro destino que ofrecer sus pastos al ganado.
Foto: Gran Enciclopedia Extremeña
Existen divergencias sobre la procedencia de los primeros pastores que
se establecieron por estas tierras. Algunos sostienen que fueron pastores
castellanos de Zapardiel de la Ribera (ávila), que plantaron sus chozas y se
establecieron con su ganado lanar y cabrío en las alturas más templadas
y meridionales de la Sierra de Tormantos.
Vecinos de Piornal fundaron posteriormente Barrado y Cabrero ante la necesidad del aprovechamiento y dominio de los pastos que descienden por la ladera piornalega. Se trató de una formación lentísima, las primeras chozas fueron dando paso a humildes casas de mampostería.
Ambos enclaves eran considerados como barrios de Piornal al que estaban supeditados en lo civil y en lo eclesiástico. Barrado se independizará antes, en el siglo XV ya es un término anejo y se titulará como Villa. A Cabrero, conseguir su autonomía, le resultó más costoso, hecho que no se produjo hasta nuestra Edad Contemporánea.
En el siglo XV Piornal era "Concejo abierto". El Concejo eran unas reuniones de los vecinos en las que se tomaban decisiones importantes para la vida del pueblo. Las citadas reuniones tenían lugar "a campana tañida" (se convocaba a los vecinos tocando las campanas). Todos los domingos, a la salida de misa, se reunía el Concejo. La reunión se producía en el portal de la iglesia, no podía celebrarse en mansión particular "so pena de 3.000 maravedies para el fisco e la cámara de sus Altezas" según escribía el corregidor Rodrigo de Neria el 31 de agosto de 1.500.
A finales del siglo XV se constituyeron en Piornal las Ordenanzas municipales que conocemos y que debían regir la vida de la comunidad:
"En Piornal, lugar y término de la Ciudad de Plasencia, a veintidos días del mes de septiembre de mil cuatrocientos noventa y cuatro años, estando el Concejo y Alcaldes y Hombres buenos del dicho lugar, según lo ha hecho de uso y costumbre".
![]() La Desesperá. Foto: "El Pifo 666"
Las Ordenanzas establecían diversas disposiciones que afectaban al régimen
ganadero y a las costumbres de los vecinos del pueblo:
"Otrosí ordenamos y mandamos que no sea osado en cortar ningún nogal,
roble o castaño sin la licencia del Concejo"
"Otrosí ordenamos y mandamos que ningún vecino sea tenido de traer armas en
día de fiesta que sea de guardar."
"Otrosí mandamos y ordenamos que cuando estuvieran en misa o vísperas, que no
puedan estar so el portal de la iglesia hablando o haciendo ruido, e si alguno
estuviere como dicho es, caiga en pena de cuatro maravedies."
"Otrosí mandamos que cualquier persona de cualquier estado, ley o preeminencia
que diere pesares o que renegase de Dios o de su Madre, que caiga por cada vegada
que ésto hiciere en pena de diez maravediles y más que lo lleven a Plasencia
para que sea castigado como fuere justicia."
Como consecuencia del aislamiento geográfico, a Piornal no le afectó
casi nada la guerra de Sucesión con que se abre el siglo XVIII. Sólo
se tiene conocimiento de la entrada en el pueblo de dos destacamentos de tropas
portuguesas que se llevaron prisionero a Luis Díaz, alcalde en aquellos
momentos.
Como dato curioso citaremos el terremoto que se produjo en el pueblo en 1.755.
El uno de noviembre, a la nueve y media de la mañana, dicen las
crónicas que el esquilón y las campanas de la torre tocaron
solos. Se cayeron numerosas techumbres, entre ellas la de la iglesia. Parece ser que
el terremoto duró unos seis minutos. En 1.761 tuvieron lugar otros
dos terremotos de menor intensidad.
Ya de la Edad Contemporánea, podemos reseñar que Piornal
estuvo dominado por los franceses cuando se produjo su invasión.
Aquí tuvieron asiento destacamentos de tropas galas hasta 1.811,
siendo nuestra orografía montañosa tierra proclive para los
movimientos guerrilleros, destacando la buena acogida que tenían
entre los piornalegos estos movimientos -comandados en la zona por el
coronel Morales- y su voluntaria participación en ellos como buenos
combatientes. En nuestro cementerio fueron enterrados soldados franceses
caídos en la contienda.
En la Edad Moderna, Piornal tiene que defender sus intereses iniciando
litigios con los pueblos limítrofes que le acosan y le disputan poblados
ya desaparecidos, con Navaconcejo el pleito fue por Peñahorcada,
con Garganta la Olla por las posesiones del Condado de Oropesa del que se
formaron la totalidad del término de Garganta y parte del de Piornal.
Las dificultades de comunicación nos dan una idea del aislamiento permanente
que estuvo sometida la población hasta la primera mitad del presente
siglo, la carretera no llegó a Piornal hasta 1.927.
Su situación geográfica hizo que Piornal no fuese
nunca paso frecuentado por viajeros, como se pone de manifiesto en 1.520
cuando el teniente del corregidor
Sánchez de Aguilera Nuño Calderón pregunta si hay
mesón en el pueblo, a lo que los vecinos responden que "No es
necesario por no haber caminantes en el lugar".
Este apartamiento preservó ciertos rasgos étnicos, lingüísticos y
culturales que hizo a Piornal ser un tanto diferente a las demás poblaciones
del Valle del Jerte.
Bibliografía
- Calle Sánchez, A.;
Calle Sánchez, F.; Sánchez García, G.; Vega Ramos, S.: "Entre la Vera y el
Valle. Tradición y folklore de Piornal". Institución Cultural "El
Brocense" de la Diputación Provincial. Cáceres, 1995.
- Varios autores: "Homenaje a D. Máximo Cruz Rebosa". Piornal 1958.
- Un artículo sobre la Historia de Piornal,
firmado por Máximo Cruz Rebosa, aparecido en la
revista Veleílo.
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