Mi diario de Jarramplas

Celia Díaz Díaz
Revista Veleílo, nº 16
Febrero 1997

Como si lloviese...

Día 18

19 horas: Estoy montando la exposición de Fotos, Dibujos y Máscaras de 'Jarramplas' y siento pena porque los niños y niñas dibujan ya la Puerta de la Iglesia con el Álamo cortado.

Estoy contenta porque Jarramplas no ha salido hoy como habían dicho. No quiero que se pierdan algunas de las tradiciones que más me gustan del pueblo.

 
 
Día 19

11 horas: Sale Jarramplas y no sé que hacer, si sacar fotos o tirarle, ahora que hay poca gente... Empiezo a emocionarme cuando voy corriendo y los nabos se acercan a mí, rozándome...

16 horas: Me duele la pierna del porrazo que me han dado con un nabo, pero me acerco al altar a cantar como otros años. Visten a Santo y el dolor desaparece por momentos.

18 horas: Llevo toda la tarde corriendo y tirando nabos. Algunos me alcanzan, pero no muy fuerte... Me agobia tanta gente, la lluvia, la nieve y sobre todo los paraguas que te impiden moverte donde tú quieres... Estoy calada y decido irme a calentar a un bar, ya que Jarramplas va a meterse. Me hubiese gustado ir al Regocijo, pero otro año será.

24 horas: Empiezan a sonar las doce. Jarramplas se levanta tocando de espaldas, se empieza a cantar. Llueve un poco, pero no me importa, ya que con la emoción de ir muy cerquita de Jarramplas, y que va la gente muy apretadita, no siento el frío. Llegamos a la Iglesia, pero yo tengo ganas de seguir cantando. Seguro que mañana estaré afónica.

2 horas: Voy a comer unas migas, no porque tenga hambre, sino por seguir con la tradición. Ahora no llueve...

Día 20

12 horas: Llego a la iglesia. La misa está a punto de acabar. Bullicio, montones de nabos, pero menos gente que ayer. Me gusta ya que así podré tirarle mejor. Entro en la Iglesia justo en el momento en que Jarramplas empieza a tocar. Se me pone la carne de gallina y empiezo a cantar por lo bajo las estrofas cien veces cantadas, pero que me gustan y me emocionan.

A la guerra, a la guerra...

Salgo a la calle y me preparo. Se me nubla la vista por la emoción. He sentido que el álamo, nuestro Álamo sigue vivo, estaba a unos pasos de él y Jarramplas estaba apoyado en su tronco. He tirado a Jarramplas el nabo que tenía y me he retirado con dos pequeñas lágrimas.

16,30 horas: 'Besar al Santo'. Canto lo que puedo, ya que estoy un poco afónica, y me emociona ver la devoción. que le tienen algunos y algunas a San Sebastián.

17 horas: Sale Jarramplas y vamos a despedirnos de él. Le tiro el último nabo por este año y le doy cerca de la nariz. Me siento satisfecha y relajada. Se va a guardar.

"Que sí repela, que sí..."

Ya tengo ganas de que sea el 19 de enero otra vez. Esperaremos otro año.

Día 21

17 horas: Voy en mi coche y veo a muchos niños recogiendo en cajas de cartón los trozos de nabos más grandes para ellos jugar unos días, y siento que Jarramplas no se perderá. No debe perderse...

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2002