3.2.7.- Ciclo del año

Tesis Doctoral
"El folklore de Piornal: estudio analítico
musical y planteamiento didáctico"

presentada en Cáceres, el 29-5-2000, por
Rosario Guerra Iglesias

Para la elaboración de este apartado ha sido fundamental las consultas realizadas en el libro
"Entre la Vera y el Valle. Tradición y folklore de Piornal"

Invierno Inicios de la Primavera
 
 
 
 
  Mayo y junio
 
Julio y agosto Finales de verano y otoño
 

Agulla Invierno. Navidad

En Piornal, es tiempo de lluvia, nieve y mucho frío, envolventes cotidianos de la actividad ganadera y recogida de aceitunas.

Ya a mediados del siglo XVIII se dedicaban del erario público 50 ó 60 reales para el refresco que se da por Navidad (a repartir con el que se daba por San Esteban y San Juan), a los vecinos del pueblo.

El atardecer del día de Nochebuena, era y es momento de pedir el aguinaldo. Existen villancicos de aguinaldo, que desde mediados de este siglo han ido siendo sustituidos, aunque no hiciesen referencia a este evento concreto.

Existe un progresivo abandono del aguinaldo alimenticio en forma de cachu de cueru, jigu pasu, castañas pilongas, etc., por dulces, primero del grupo de fruta-sartén (tarabufones, perronillas, etc.), luego los actuales dulces navideños. El dinero es cosa moderna. Por los años 30 y 40, si daban algo, no era más de una perra.

En los preparativos de la Navidad cobraba una especial relevancia la organización de la "pastorá de Nochebuena", que culminaba con el canto de villancicos en la Misa del Gallo. En cuanto a la costumbre de los Belenes, se recuerda como muy significativo el de la Iglesia, aunque no era costumbre extendida entre el vecindario antes de los años 50. La materia prima para su construcción estaba constituida por musgo, corteza de roble, harina, palos, piedrecillas y las figuritas de barro, madera, papel y plástico. Más moderna aún, ya también extendida, es la costumbre de adornar un pino.

Como el aguinaldo, también el regalo de reyes parece haber sufrido un profundo cambio en este siglo. Así los más viejos del pueblo hablan de higos, nueces y ropa y en general regalos que pretenden cubrir las necesidades primarias de alimentación y vestido. En los años 40 y 50, las anguilas de caramelo, se convirtieron en el habitual regalo de Reyes.

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Agulla Invierno. Jarramplas

El 19 y 20 de enero se celebra una de las fiestas de mayor sabor popular en Piornal: Jarramplas.

Aunque de raíces puramente laicas, hoy día es difícil separar a Jarramplas de la festividad de San Sebastián, entrelazándose ambos en un ritual de respeto y sumisión, que contrasta con la agresividad y desafío que relaciona a Jarramplas con toda la gente del pueblo y visitantes.

Los preparativos comienzan con la toñá (sic. el otoño), cuando se inicia la construcción de las máscaras, trajes y tamboriles. La máscara cónica, con melena y cuernos laterales y convenientemente pintadas (las antiguas aceitunas carbón y sangre han ido dejando paso a las actuales pinturas sintéticas), el traje blanco cubierto de trozos de telas de colores y varios tamboriles, uno de ellos especial, de madera de roble y piel de gato, son el principal cometido de los mayordomos, antes de la fiesta.

Todo comienza el día 19 por la mañana. Jarramplas (sin máscara) y los mayordomos, recorren las calles del pueblo, para recibir viandas y presentes (en la actualidad, dinero) para la fiesta.

Sobre las doce de la mañana sale Jarramplas con la máscara, tocando el tamboril con un ritmo característico, dispuesto a recibir una lluvia de nabos que lanzan los niños, jóvenes y no tan jóvenes. Para protegerse de ellos, Jarramplas se mueve, corre, gira, salta, etc., en lo que a veces se convierte en una danza desafiante. También ayudarán a no sucumbir bajo tal cantidad de impactos, varias pellizas y pantalones de antaño, hoy una armadura de enrejado de hierro y fibra de vidrio (también la máscara ha pasado de tener varias capas de cartón a una sola sobre la que la fibra de vidrio se endurece, formando una estructura pétrea).

Por la tarde, entre dos salidas de Jarramplas, se sitúa la bajada del Santo del trono para colocarles en las andas y vestirlo, con Jarramplas sin máscara, presente.

Al anochecer, el regocijo, al son del "le, lerelelé, lerelé", acompaña a Jarramplas, mayordomos, arrimaos por algunas calles del pueblo, envueltos en un tronar de campanadas.

Se acercan las doce de la noche y todos van junto a la puerta de la Iglesia, para iniciar el canto de las Alborás. Consiste en una especie de procesión con Jarramplas el primero, andando de espaldas, sin máscara y tocando el tamboril, acompañado por las mozas que inician el primer verso de la melodía y con el acompañamiento de todo el pueblo detrás continuando el cántico, todo ello hasta volver a la Iglesia, donde tras rezar un Padrenuestro, el pueblo se dispersa.

Sobre las dos de la madrugada se ofrecen las migas, con vino y algunos trozos de chorizo, para todo el que tenga a bien ir a por ellas.

La mujer de Jarramplas
está dormida
y si no se levanta
no como migas.

El día 20 por la mañana, vuelve a salir Jarramplas para dirigirse a la Iglesia. Una vez allí, se quita la máscara y se inicia la procesión, que va acompañada del canto de las alborás. Como en la madrugada, Jarramplas camina de espaldas tocando el tamboril, pero con la diferencia de que ahora va el Santo, cosa que no ocurría en el recorrido nocturno. Inmediatamente se celebra la misa con el canto de la Rosca de San Sebastián como elemento más distintivo, donde las mozas del pueblo cantan después del toque de tamboril de Jarramplas.

Nuevamente sale Jarramplas del templo y se presta a recibir la multitud de nabos que todos le envían (antes le tiraban nabos, tronchos de maíz, troncos de col, etc., que cada uno conseguía a su manera. Hoy día, los quintos de ese año se encargan de conseguir nabos para todos).

Al mediodía, Jarramplas se quita la máscara y se da un respiro, mientras una ronda recorre las calles del pueblo. Cada año una canción predeterminada dirige la ronda.

La tarde del día veinte, se completa con otras salidas de Jarramplas, la subida del Santo al trono y el convite a un lomo de los "mayordomos entrantes" a los "salientes" que a su vez ofrecen a los otros un traje, una máscara, las armaduras y el tamboril. (El mayordomo es el que organiza y corre con los gastos de la fiesta; pueden ser varios).

Nos moveríamos en hipótesis si entramos en el tema de los orígenes de esta fiesta ¿Estamos ante manifestaciones, cristianizadas posteriormente?. ¿Se trata de un ritual de vejación pública al ladrón de ganado?. ¿Tienen que ver la forma y pintura de la máscara con las que encontraron los primeros descubridores de las Américas, en los poblados indígenas?. ¿El vocablo Jarramplas es una forma derivada del verbo arramplar?.

Son muchas cuestiones cuyo misterio se confunde con lo que de misterioso puede encontrar en la mirada Jarramplas.

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Agulla Invierno. Las Candelas y San Blas

Estas dos fiestas ya no se celebran en Piornal. En las Candelas era costumbre que las madres fueran a la misa, con sus hijos nacidos durante el año, para se ambos purificados.

Para ir a la Iglesia se organizaban comitivas similares a las del bautizo. La madre portaba al niño, mientras los padrinos iban al frente del grupo, tirando golosinas a los niños.

Era costumbre este día, llevar una pequeña vela a misa para que fuese bendecida, vela que se encendía en días de fuerte tormenta y durante la agonía de un familiar.

En San Blas, el cura debía bendecir todos los enseres domésticos (cuadros, pan, sal para echar en la lumbre los días de tormenta, bañas, etc.) que le llevaran, además de los cordones de San Blas, que llevados al cuello protegían contra los males de garganta y de morir ahogado.

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Agulla Invierno. Los Carnavales

Al hablar de Carnaval, revive el arcaismo Antrueju. El Antrueju implica disfrutar de lo que está vedado social y moralmente durante el resto del año: inversión de roles, subversión contra la autoridad, etc.

Eran días de meriendas entre amigos basados en caldereta, migas, arroz con costilla y vino, y rondas.

Antiguamente existían unos personajes llamados corcones. Iban disfrazados de harapos y máscaras, y lanzaban ceniza a la gente además de levantar las sayas a alguna mujer despistada. Aún hoy se pueden oír las expresiones "va jechu un antrueju" o "poh si paeci j´un corcón" para referirse a alguien que va vestido de forma estrafalaria o mal vestido.

El martes de Carnaval tenía lugar el pingoneo de los gallos. Se trata de una costumbre muy enraizada en toda la cultura hispana. En Piornal, cada mozo trataba de degollar a unos gallos colgados de una cuerda, con las jocis (hoces), para así aumentar el menú de su junta (grupo). Las mozas, por su parte, solían lucir algunas plumas en el guardapiés.

Para despedir el Carnaval se solía preparar una comilona colectiva, "jacelel antrueju", con tortillas, arroz con chorizo y las sobras de los gallos del martes.

A mediados de siglo, no era raro encontrar grupos de niños, vestidos con ropas de gente mayor (pantalones y chaquetas de pana, chaleco y camisa, boina o sombrero, cayado y el pañuelo sobre los hombros abrochado al pecho). Los niños hacían acopio en casas de familiares de chorizo, morcilla, queso, pan, que portaban en un pinchoti (como los quintos en su semana), todo ello al son de canciones y letras de talante picaresco.

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Agulla Invierno. Cuaresma

Es tiempo de clausura de bailes, letargo de rondas, cantos recogidos que eran acompañados de instrumentos como el mortero, de sonido menos estridente que el almirez. Hasta el silbar por la calle estaba mal visto. No obstante se permitían ciertos cantos de contenido religioso (las doce palabritas, el arado, etc.). Que incluso eran utilizadas en los métodos pedagógicos del tiempo.

En este tiempo era costumbre realizar juegos en el llano de las Eras (la Sera). Los hombres jugaban al "tiro de palanca", juego que tenía dos modalidades. En una de ellas "echar una mano", "echar al tino", se lanzaba una barra de hierro de tres a cuatro kilogramos, al estilo libre en cinco oportunidades. En la otra, "el barrazo", había que intentar que la barra alcanzara en un punto fijo. El ganador o equipo ganador recibe una cuartilla de vino del equipo perdedor.

Las mujeres jugaban a la soga. Se hacía un corro grande con una soga, a la que se agarraban todas las chicas menos una que se situaba dentro del corro. Esta tiene que tratar de coger a alguna de las otras y a la vez evitar empujones que estas pudieran propinarle.

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Agulla Inicios de la Primavera. Rosario de la Aurora

El 24 de marzo tienen lugar las Alboradas de la Asunción de la Virgen. Ese día a las 12 de la noche congregaba a los vecinos a la puerta de la Iglesia para rezar el Rosario de la Aurora. La gente se reunía en dos grupos, cada uno de ellos representativo de los barrios del pueblo, El Pozo y Las Eras (Sera). Después se tomaba café y dulces que portaba la gente.

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Agulla Inicios de la Primavera. Semana Santa

Los oficios del Jueves Santo eran anunciados como una "matraca" que los muchachos hacían sonar (las campanas no debían tocarse). A las seis en punto, concluidos los oficios, con el templo a oscuras se "tocaba a tinieblas", mediante piedras tocadas entre sí o contra las tablillas del suelo.

El Sábado de Resurrección, al toque de las campanas, se quitaba de la lumbre el leño que estuviera ardiendo, "el leño de Gloria", que era reservado para los días de fuertes tormentas.

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Agulla Mayo y Junio. La Virgen

El día de la Cruz de Mayo era fiesta grande en Piornal. Los niños construían con madera sus pequeñas cruces y las llevaban a la Iglesia, convenientemente adornadas. Además de este día, todo el mes de mayo supone, aún actualmente, un canto a la Virgen.

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Agulla Mayo y Junio. San Antonio

También San Antonio era fiesta mayor. El Mayordomo confeccionaba el "Pinchote de San Antonio", rama de la que colgaban lomos, chorizos y un queso en lo más alto y que se subastaba públicamente todos los domingos desde este día de San Pedro, fecha en la que se entregaba al mejor postor.

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Agulla Mayo y Junio. San Juan

Hasta los años 60, el día de San Juan era una fiesta grande. Durante la noche, los mozos y mozas encendían una gran hoguera en el campo y cortaban un roble, que se instalaba en la plaza. Era el "Pinchote de San Juan", La subasta del pinchote quedó, a mediados de siglo, reducido al juego de la cucaña.

La noche de San Juan era costumbre realizar "la enramá". Consistía en que lo mozos colocasen una ramilla de sayugo o cerezo, en la reja de ventanas o balcones de casa de la novia o la pretendida. También era habitual que las novias recibieran un regalo de su futura suegra, muchas veces un pañuelo de raso blanco que luego lucían en otras fiestas.

A veces mozos desairados dejaban ramos de ortigas o zarzas, en vez de los deseados de cerezo o sayugo, o también una carga de heno a la puerta de la moza que lo había rechazado.

San Juan era día de recoger hierbas medicinales como la "cebolla almorrana", y realizar prácticas curativas, como el "paso por el roble" para niños con hernia ventral. Se trataba de pasar al niño "quebrado" a un lado y otro de una hendidura vertical practicada en un roble joven, a la vez que recitaban unos versos.

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Agulla Mayo y Junio. San Pedro

San Pedro era fiesta de cabreros y criados ("San Pedro pasao, tanto manda el amo como el criao"). En este día se sorteaba y se designaba la junta de "encabezaos", que se encargarían de organizar los festejos taurinos.

Como vimos anteriormente, en San Pedro, se entregaba el "Pinchote de San Antonio". A la salida de misa, el mayordomo bailaba al pinchote, haciendo sonar sus cascabeles y campanillos al ritmo de la música del tamboril y la flauta que acompañaba el momento.

En las últimas décadas ambas fiestas han dejado de celebrarse, debido fundamentalmente a su coincidencia con los momento álgidos de la recolección de cerezas. Incluso, unos años atrás era temida la semana de San Juan y San Pedro, debido a que esos días se cerraban los mercados de frutas y no se podía recoger cerezas los días anteriores.

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Agulla Julio y Agosto. Santiago y San Lorenzo

Tampoco Santiago y San Lorenzo son actualmente fiestas importantes en Piornal, aunque en otro tiempo tuvieron su simbolismo. Así, en Santiago no se realizaban trillas, ni riegos, porque se decía que en tiempos, una gran tormenta había destruido una parva de centeno.

Además, en este día se tanteaba al toro y las vaquillas, que los encabezados habían escogido para los festejos taurinos. El tanteo se llevaba a cabo en la Plaza del Palacio.

En San Lorenzo, por su parte, era costumbre la recogida de orégano, antes de la salida del sol, así como lavarse la cara con agua corriente, al amanecer.

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Agulla Julio y Agosto. San Cristóbal

Estamos ante una fiesta relativamente reciente, que ha llevado a la construcción, hace pocos años, de la ermita, junto a "la Colonia" (Hospedería "La Serrana, antiguo hospital de tuberculosos).

Es costumbre realizar una procesión de coches que el sacerdote bendice, uno a uno, a su paso por la entrada de la ermita.

Poco a poco se va perdiendo el concurso de coches adornados.

Se celebra el primer domingo de agosto.

En los últimos años, tras la construcción de la ermita de San Cristóbal, es característico quedarse de romería por los alrededores de la ermita, donde no faltan las lumbres, los escolumpios (columpios) para los niños, ni tampoco los cantos y toques de instrumentos a la vez que se echa un trago de vino.

Siempre aparece un tamborilero que anima a la gente con sus sones.

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Agulla Julio y Agosto. La Virgen y San Roque

A mediados del mes de agosto, Piornal celebra sus fiestas patronales.

El día 15 es el día de La Virgen, el 16 San Roque, el 17 San Roque Chico, el 18 El Perro y el 19 La "Perronilla".

Como elemento tradicional a destacar, mencionamos el Ramo. Se trata de un ramo de pino adornado con cascabeles, campanillos, etc., sujeto a una estructura cónica, cubierta de ramillas de tejo, de cuyo vértice a la base bajan varias ristras de roscas, dulces y frutas. En la cúspide del cono hay un roscón, del que surge el pino.

Mientras se canta la Rosca de San Roque, actúa el Ramo, coincidiendo el movimiento de este con el sonido de la flauta y el tamboril, permaneciendo quieto en la parte cantada.

En San Roque se celebran, y aún hoy se celebran, los festejos taurinos, donde las toreras (cantos de toros y toreros) cobraban una especial relevancia.

San Roque ha sido durante mucho tiempo, fiesta de estreno. Grandes y mayores dejaban para lucir en San Roque las últimas ropas "de días de fiesta" adquiridas.

Los días de agosto (29 y 30) la feria ha sido protagonista, hasta estos últimos años en que ha decrecido ostensiblemente. No existe para este momento ninguna canción, ni siquiera el pueblo canta, simplemente se escucha la algarabía de piaras de cabras con sus campanillos, algún caballo y pocos animales más.

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Agulla Finales del Verano y Otoño. Las Cuartillas de septiembre

En septiembre dos fiestas tuvieron durante mucho tiempo una especial relevancia. Nos referimos a la festividad de la Virgen, el 8 de septiembre y la del Cristo, el día 15.

Durante estas fiestas además del canto de las respectivas Roscas, tenía lugar la ofrenda de "la Cuartillas".

La mujer que quería hacer alguna manda (promesa), llenaba una cuartilla (caja de madera de tipo trapezoidal recto) con unos granos de cereales, una sandía, pimientos, tomates, etc., y una cesta con fruta sartén. Portando la primera en la cabeza, con la única sujeción del rodete, y la segunda con la mano, se dirige a la plaza de la Iglesia, acompañada de mayordomos, familiares y la música de la flauta y el tamboril.

Los presentes serán subastados entre la concurrencia, que tras la finalización de la subasta disfrutan de un baile, en la misma plaza de la Iglesia.

Antiguamente se realizaba una ofrenda de las cuartillas, el día 8, al caer la tarde, después del Rosario e igualmente el día del Cristo, tras los mismos rezos.

En los años 60, dejaron de celebrarse ambas fiestas, con lo que decayó el rito el rito de las cuartillas. Tras veinte años en la oscuridad, las cuartillas volvieron a ver la luz y aún hoy se ofrecen, el día 14 por la tarde.

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Agulla Finales del Verano y Otoño. La Inmaculada Concepción

Es época de vendimia y recolección de castañas y ya cerca del invierno, el inicio de las matanzas y la festividad de la Inmaculada Concepción, patrona del pueblo.

La festividad de la "Pura" data de muy antiguo. Algunos documentos hablan de la existencia de la Cofradía de la Concepción en el siglo XVI.

Esta Virgen cuenta con una ermita, cuya construcción se inició en 1740.

En la actualidad, el día 8 de septiembre no es fiesta grande. La subida de la Virgen, de la ermita al pueblo se realiza el día 14 de agosto.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2002