3.2.4.- La vestimenta tradicional

Tesis Doctoral
"El folklore de Piornal: estudio analítico
musical y planteamiento didáctico"

presentada en Cáceres, el 29-5-2000, por
Rosario Guerra Iglesias

No es raro que, al ser Piornal un pueblo serrano y con pocas y deficientes vías de comunicación, hasta bien avanzado este siglo, la vestimenta se haya tenido más al margen de las influencias urbanas y los cánones marcados por la moda, que en otros pueblos de nuestro entorno.

Tampoco resulta fácil hablar de una indumentaria típica, ya que factores como la edad, sexo, clase social, etc., hacen que este resulte un tanto variada, además de la evolución que ha sufrido la forma de vestir con el paso del tiempo.

A pesar de todo ello, vamos a recoger a continuación algunos elementos que bien pueden informarnos de cómo vestían la gente de Piornal1 .

Las mujeres utilizaban la cotilla, blusa ceñida, escotada y sin mangas, que en días de frío iba colocada bajo el jubón, negro, de tela o raso. Sobre ellas podía ir el pañuelo de pechuga, cruzado sobre el pecho, oscuro o floreado. Se usaban mucho pañuelos de cien colores y de pavo.

Otro pañuelo, normalmente negro, solía cubrir la cabeza. Este, era sustituido por la mantellina, bordada en negro y adornada con agramanes en el traje de boda.

No faltaba el guardapiés, sobrepuesto al refajo. El usado para el día del "amonestorio" era de color rojo o azul, con diferentes bordados, puntillas y calados.

En días festivos, algunas mujeres lucían un mantón negro, sobre los hombros.

Eran habituales del vestido femenino el mandil, bordado y ribeteado, con bolsillos laterales y la faldiquera (faltriquera).

Como adornos se utilizaban la cinta del pelo, el moño de picaporte, la toca y la cobija. Menos habituales eran las gargantillas y los pendientes.

En cuanto al calzado, a veces se reducía a unas alpargatas en el mejor de los casos, pues no era raro ver a mujeres descalzas. Más recientes han sido las botas abotonadas.

Los hombres llevaban los calzonis, calzón de paño que apenas sobrepasaba la rodilla. Las calzas cubrían el resto de la pierna y un poco el zapato. Estas llevaban una hilera de botones metálicos y, en días festivos, se sujetaban con cintas de gran vistosidad.

Sobre la camisa, iba el chaleco y ambos se cubrían, en los días de más frío, con la anguarina, especie de capa rústica. También se utilizaban las chaquetas, para estos menesteres.

El camisón de vistas o chambra, era una blusa de tela con vuelo, que cosía la novia para que el novio lo estrenara en el día de las amonestaciones.

También se utilizaba la faja para proteger la cintura. Esta era negra en días de diario y de color en los festivos. Estos días era habitual llevar al cuello un pañuelo bordado.

Por calzado se utilizaban desde alpargatas y albarcas a borceguíes y botas con tachuelas.

Exclusivo de la indumentaria tradicional piornalega, en toda Extremadura, era el sombrero calañé, de ala ancha, borde revivado, y copa en forma de cono truncado, con borla.

1. CALLE SÁNCHEZ, A. y otros: Entre la Vera y el Valle, Cáceres, Institución Cultural "El Brocense" de la Excma. Diputación Provincial, 1995, págs. 65-68.

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© Víctor A. Díaz Calle. 1997-2002