Mario Moreno Iglesias
"Las Peñas Juveniles Permanentes en Piornal"
Trabajo elaborado para la asignatura
Introducción e Historia de la Antropología Social y Cultural
del Cuarto Curso de Antropología Social y Cultural.

Durante finales de los años 70 y años 80, proliferaron en Piornal la agrupación de las primeras peñas de jóvenes y adultos, donde cada una se identificaba con un nombre común de grupo, en ocasiones y cuando su economía lo permitía, una camiseta (siempre del mismo color, a veces elaborada por ellos mismos) en la que quedaba reflejado el sobrenombre, y lo que era más importante, permanecer juntos el máximo tiempo posible para ser reconocidos como peña unida y permanente.

Algunos grupos de amigos tuvieron la suerte de conseguir un local donde reunirse, como fue el caso de la primera peña con local que apareció en Piornal, peña "La Casilla", creada por chavales de unos 12 a 15 años en el verano de 1977, hecho que fue difícil de asimilar por parte de los adultos del pueblo, ya que era una situación casi inconcebible que unos chicos y chicas adolescentes, localmente considerados niños, compartieran un propio espacio condicionado para sus inquietudes, lejos del saber de los adultos. Aunque el tiempo de existencia de estas primeras peñas se reducía al mes de agosto especialmente, (mes de la celebración de las fiestas patronales) debido a que la culminación de la temporada de recogida de cerezas se prolongaba hasta finales de julio y el final del verano llegaba entrando septiembre (en Piornal el verano siempre fue más corto, ya que la llegada de los primeros fríos no se hace esperar por encontrarse a 1.175m de altitud).

Proponer una nueva alternativa a los habitantes del pueblo en cuanto a lugares de diversión nocturna se refiere y que esto contribuyera a los gastos económicos de los componentes de la peña, fue uno de los principales objetivos de estos locales hasta la llegada de la "peña permanente". Las peñas que surgieron durante los años 80 y principios de los años 90, como "Los Perdíos", "Er Grobo", "El Camocho, "Peña Negra", "Los Merengues", "Necrópolis", "Azukiki", "Éramos pocos y parió la Agüela", "El rintintín de la furgoneta", "Los Penosos"… (algunas de ellas hoy día aún existen en periodo estival) fueron algunas de las que siguieron con esta elección, las peñas juveniles, sobre todo eran visitadas por gran número de jóvenes, ya que si entre ellos no había adultos que condicionaran su comportamiento sería más fácil llegar hasta tal punto de diversión; encontraban un espacio físicamente condicionado a sus peculiaridades (singular estilo de música, asientos cómodos, luces bajas…) o consumían bebidas más baratas que en los propios bares o discoteca y sin que la prohibición se cruzara por su camino; se solía pagar a través de el bote¹, donde cada visitante o invitado aportaba una cantidad simbólica de dinero para contribuir con los gastos de la peña; este recipiente era un tanto singular debido a su decoración, ya que su objetivo era el de no pasar desapercibido.

Otras peñas no consiguieron local para situarse espacialmente como grupo y decidieron montarse la fiesta por su cuenta visitando otros locales, verbenas, bares… al igual que las otras peñas con local, reconocidas siempre con una camiseta, en ocasiones elaborada y decorada por ellos mismos, que sorprendentemente duraba limpia toda la semana de las fiestas. Entre estos grupos de jóvenes, no existió la peculiaridad de concentrarse dentro de un local, y es que los factores "suerte" y "económico" era muy importante para obtener uno (en ocasiones alquilado) Podemos intuir que este tipo de identificación espacial del grupo era visto como una necesidad dentro del colectivo juvenil, donde el grupo quedara definido en su propio espacio físico, aunque sólo algunos podían disfrutarlo en forma de privilegio.

A mediados de los 90, algunas de las anteriores peñas van desapareciendo. Y medida que los chavales de Piornal iban adquiriendo la necesidad cultural de identificarse como peña y la necesidad social de articularse como grupo, surgían paralelamente a las anteriores, nuevas peñas juveniles como, "Los Celtas", "Dinamita pa´los pollos", "Monta que te llevo", "Vas de culo", "Vaiti tú a saber", "Aru Pimentón Gordo", "Se busca vivo o muerto", "Arrejarcite pa´ya", "El Cuencarrao"... igualándose esta generación por no tener local donde reunirse y a través de la vuelta a la camiseta verbenera que nunca se ensuciaba, ya que eran mínimas las agrupaciones que contaban con un local.

Pero esta característica grupal única y exclusivamente se llevaba a cabo durante las fiestas patronales de San Roque y alargándose en determinadas ocasiones a lo largo del mes de agosto, sobre todo cuando se poseía local. (…Aquellas primeras peñas tenían todas, una cosa en común, acabado el mes de agosto, se 'autodisolvían' hasta el mes de agosto del siguiente año…)²

Desde finales de 1997 y hasta finales de 1999, muchos de los grupos de amigos anteriores, van encontrando un local donde situar su peña, en la mayoría de los casos con un nuevo sobrenombre que les identifique y variaciones en los componentes. Concretamente en septiembre del 97, aparece la peña "Er Zulo", cuando un grupo de chavales de entre 15 y 18 años encuentran un local donde pasar sus ratos libres. Sorprendentemente aparece al finalizar el verano, cuando se suponía que las peñas con local llegaban a su fin. Y es que esta peña surge con una finalidad diferente a la de años antes. Sus componentes sufren la necesidad de encontrar una nueva alternativa para pasar su tiempo libre ("…hartos de estar dando ideas y pasar frío por las calles decidimos buscar un local para hacer una peña…")³. Seguidamente de ésta, surgen otras concentraciones que hacen fin a la misma necesidad, comprobando que la peña con local en invierno es una buena alternativa: "Los K-2" ("Cachondos"), "Er Glu-Glu", "Kolokón", "Er Kiki", "El Cotaniyo", "El Atroji", "El Jorkón", "Las Ponchux", "D.K.V", "A to Trapo", "Cuecilechi"… (…las peñas principalmente aparecieron por dos motivos, para tener un sitio donde reunirnos donde pasar los ratos libres y para no pasar frió en la calle…)⁴

La edad de los integrantes de todas estas peñas oscila entre los 15 y 26 años aproximadamente y casualmente casi todas ellas se encontraban situadas en la parte más antigua del pueblo, estando próximas unas con otras, ya que es donde abundan más casas viejas e inhabitadas que poder rehabilitar, a través de alquiler o préstamo.

En la actualidad se sigue apostando por el funcionamiento de la "peña permanente" e incluso, algunos grupos de amigos de mayor edad, que desde siempre se habían caracterizado sin necesidad de concentrarse en un local y con un sobrenombre, ahora creen necesario conseguir un local para reunirse durante fiestas y algunos fines de semana a lo largo del año, ya que la actividad festiva, a primera hora se encuentra en las propias peñas y no en los bares del pueblo.

En los últimos años, van surgiendo nuevas generaciones de adolescentes que se concentran en locales permanentes uniéndose a esta nueva y propia alternativa juvenil, entre ellas "Las Kaos", "Zacatúa", "Angome"… cuyas edades de los integrantes oscilan entre los 17 o 20 años.

En este momento las peñas en Piornal se encuentran tan integradas en los jóvenes, como sus miembros en ellas y no parece que por el momento, a falta de otras alternativas, los jóvenes pretendan articularse fuera de estos locales.