189.- San Antonio, San Antonio
San Antonio, San Antonio,
ruega al infante divino,
que estrechas entre tus brazos
con inocente cariño.
La iglesia está combatida
por toda suerte de males
miles hijos desleales
la desgarran a traición.
Y pues que llora abatida
su llanto enjugar queremos,
al fin lo conseguiremos
gracias a tu protección.
San Antonio, San Antonio...
Hoy con infames mentiras
sublevada está la tierra
y nos hace fiera guerra
descarada la impiedad.
Defiéndenos de sus iras
en una lucha tan dura
corre corre en nuestra aguda
ten de nosotros piedad.
San Antonio, San Antonio...
Gloria al santo venerado
taumaturgo y sin segundo
tu nombre será ensalzado
mientras el mundo sea mundo.
¡Oh glorioso San Antonio
protector de esta nación!.
Adiós santo milagroso
Dadnos vuestra bendición.
San Antonio, San Antonio...
Informantes: Consuelo Calle Díaz, María Calle Díaz.
   
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190.- De Antonio, las glorias
De Antonio, las glorias,
con dulces cantares
que celebran los mares
del buen pescador,
el cielo y la tierra
también a porfía
su acorde armonía
entonan de amor.
Sí, de amor, sí, de amor.
En el Cielo mira Padua
una estrella que la guía,
es el astro que algún día
su recinto iluminó,
es la estrella refulgente
que da vida a aquel que llora,
es el alma bienhechora
del que Antonio se llamó.
Sí, sí, sí, del que Antonio se llamó.
Sí, sí, sí, del que Antonio se llamó.
De Antonio, las glorias...
Cuando Antonio, el demonio
nos acuse en tentación
ahuyentarle y lanzarle
a la lóbrega mansión.
Ven cristiano arrepentido
a la casa del Señor,
y allí serás recibido
por Antonio con fervor.
Sí, sí, sí, por Antonio con fervor.
Sí, sí, sí, por Antonio con fervor.
De Antonio, las glorias...
Cuando el hombre
entre cadenas
en la carcel triste llora,
en Antonio protectora
luego ve libertad.
El leproso, el indigente
que ve cerca su agonía,
por Antonio ve en un día
la inefable caridad.
Sí, sí, sí, la inefable caridad.
Sí, sí, sí, la inefable caridad.
De Antonio, las glorias...
Informantes:
Consuelo Calle Díaz, María Calle Díaz
   
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191.- Por vuestros santos favores
Por vuestros santos favores,
de quien sois dan testimonio,
humilde y divino Antonio
ruega por los pecadores.
Vuestra palabra divina
forzó a los pecadores del mar,
que saliesen a escuchar
vuestro sermón y doctrina,
y que fue tan peregrina
que estirpó diez mil errores.
Humilde y divino Antonio
ruega por los pecadores.
Informantes: Consuelo Calle Díaz, María Calle Díaz.
   
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